domingo, 19 de febrero de 2012

"War Horse (Caballo de batalla)": La película que Spielberg ha querido hacer


Después que se encendiesen las luces, al terminar de proyectarse "War Horse", me recordé, hace muchos años, en una de esas matinales de cine de barrio que ya no se dan. Proyectaban "Como uña y carne", una cinta de comienzos de los ochenta. En ella un chaval al que le habían robado su caballo, vivía mil y una aventuras para recuperarlo. La película era una limpia y sencilla historia de amistad entre el animal y su joven dueño. "Caballo de batalla" es también eso. Y no me refiero a la mera coincidencia en el presupuesto argumental, sino también en su pretensión. Porqué “War Horse” es, ante todo y pese a su aparatosa producción y a quién la realiza, una película de matinal de aventuras, una cinta para ver en familia, dirigida al público más joven, de intenciones sencillas y objetivos que no van más allá de mostrar lo que de bueno puede haber en el ser humano, no importa en que situación se encuentre.


Así pues creo que yerran los que se afanan por criticar a Spielberg su blandenguería en el filme. Por haber perdido la ocasión de mostrar, por ejemplo, la crudeza vil de la guerra de trincheras. Evidentemente, "War Horse" no es "Salvar al Soldado Ryan", ni creo que su realizador lo pretendiese en ningún momento. El filme que ahora se estrena está en otro registro, persigue otra audiencia. Esa de escasa edad que me rodeaba en la sala en la que la vi, la misma que aplaudió emocionada a su conclusión. Esa que, en Estados Unidos y en buena parte del resto del mundo, tendría vetada su entrada al cine si el caballo protagonista, en la escena de las alambradas, sangrase con virulencia, como resulta obvio; o si, en la del fusilamiento, no se interpusiera elegantemente al espectador el aspa del molino en el momento del disparo. Sobre los horrores (adultos y para adultos) de la guerra, ya el responsable de "Munich" nos dejó esa obra maestra imperecedera que es "La lista de Schindler". Al hilo de este razonamiento, entiendo además perfectamente perdonable lo que a ojos maduros resulta en ocasiones impostado, artificial o tópico en algunos personajes y en sus comportamientos, obviamente conducentes, más tarde o más temprano, a emocionar a la platea. No perdamos de vista que, al fin y a la postre, la película está basada en un relato de Michael Morpurgo que es, precisamente, una novela infantil.

Otra cosa es que, obviamente en la silla de realizador no se sienta Robert Dalva, el desconocido que dirigió "Como uña y carne", la cinta que al comienzo citaba. El que toma las riendas, nunca mejor dicho, de este proyecto es Steven Spielberg. Nada más y nada menos. Su  huella es notablemente apreciable en todo cuanto acomete, aunque se trate de proyectos de intenciones nada grandilocuentes, como es el caso. Así, en "Caballo de batalla" ha aprovechado de paso para rendir un nuevo confesado homenaje a su admirado John Ford. Títulos tan obvios como "El hombre tranquilo" vienen a la memoria del espectador cinéfilo, sobre todo en el arranque de la película, mientras la acción se desarrolla en el pueblecito inglés de Devon. Allí, la galería de personajes fordianos son palmarios. El amigo, la madre, el padre, el terrateniente… Y, en la guerra, por ejemplo, también lo son los varios sargentos que van apareciendo. Pero, además, el Ford que decía que para hacer cine había que mirar a los ojos a los actores, está aquí nuevamente presente. Como lo están constantes temáticas en el cine del autor de "La Diligencia" como son la camaradería, lo militar, el advenimiento del progreso destructor (representado aquí por las maquinas modernas de guerra) y situar relatos de marcado componente humano en grandes contextos históricos.

Puestos a criticar algo de "War Horse", quizás le afeo a Steven Spielberg la mala mano que, en esta ocasión ha tenido con los actores niños y los jóvenes que aparecen el filme y que no están en el habitual estado de gracia en que encontramos otros tantos críos protagonistas de cintas como "E.T.", "Inteligencia Artificial" o "La guerra de los mundos". También le reprocho no conceder al caballo, el protagonismo casi humano que demanda y que en la novela original le lleva incluso a narrar la historia en primera persona. Además, el metraje se me antoja excesivamente extenso y la suma de todos estos peros, amen de algunos momentos narrativos algo irregulares, apean al filme de figurar en la nómina de la filmografía más selecta de su autor.




Pero poco cine contemporáneo me consigue atrapar como lo hace "War Horse" en su tramo final, desde que Joey huye entre las trincheras y todo lo que se anuda a continuación, hasta llegar al paroxismo cinematográfico que constituye la última escena. Por alcanzar esa sola secuencia, innegable homenaje a "Lo que el viento se llevó", la más emocionante, que he vivido en años, ya se justificaría la propia existencia de este filme orgulloso de estar concebido para ser para visto y disfrutado por todos los públicos. ¿O es que García Márquez no puede escribir cuentos para niños?

Rodaje de "War Horse"

by Harry Callahan

NOTA:7,5


ESCUCHA ESTA CRÍTICA EN PODCAST CON EXTRAS: https://dl.dropboxusercontent.com/u/224337446/warhorsecritica.mp3

TÍTULO ORIGINAL: "War Horse"

DATOS ADICIONALES: http://www.imdb.com/title/tt1568911/
SOBRE LA MÚSICA DEL PODCAST: http://www.jamendo.com/es/album/79668